EL CONTROL DE LAS ARMAS DE FUEGO: EL CONTROL DE LAS ARMAS DE FUEGO EN LA REPUBLICA ARGENTINA

PORQUÉ ESTE BLOG?

ALGUNA EXPERIENCIA ACUMULADA COMO RESULTADO DE HABER PARTICIPADO EN LA FORMULACIÓN JURÍDICA DE LA LEGISLACIÓN -LEY DE ARMAS Y SUS REGLAMENTACIONES (1973 A 1975)-, Y POSTERIORMENTE EN LA DIRECCIÓN OPERATIVA DE DICHO CONTROL (2001 A 2003), ME HA ANIMADO A CONSTRUIR ESTE MEDIO PARA EXPRESAR MIS IDEAS, DESDE UNA POSICIÓN DE EQUIDISTANCIA ENTRE QUIENES PROPUGNAN, POR UN LADO, EL DESARME TOTAL DE LOS CIVILES, Y QUIENES -DESDE EL OTRO EXTREMO-, PRETENDEN LA POSESIÓN Y USO DE ARMAS DE FUEGO LIBRE DE CONTROL.

DEBO ACLARAR QUE MI PENSAMIENTO NO ESTA EXENTO DE DUDAS -MUCHAS E IMPORTANTES-, LO QUE ME CONDUCE A AFIRMAR MI VOCACIÓN DE REVISARLO A CADA PASO Y, DE ENCONTRAR RAZONES ATENDIBLES PARA ELLO, REFORMULAR MIS CONVICCIONES. ES POR ESTA RAZÓN QUE CREO EN LA NECESIDAD DEL DEBATE, EN ARAS DE ACERCARNOS LO MÁS QUE NOS RESULTE POSIBLE A LA VERDAD COMPARTIDA, Y SIEMPRE CON LA HUMILDAD DE NO CREERNOS DUEÑOS DE ELLA.

HECTOR MENDEZ DE LEO

Julio 2007

2 de mayo de 2012

EL CONTROL DE LAS ARMAS DE FUEGO EN LA REPUBLICA ARGENTINA

El régimen de control de las armas de fuego rige en la República Argentina desde el año 1950 en que la ley 13.945 introdujo en el Código Penal el delito de tenencia de armas de fuego sin la debida autorización legal, y estableció los lineamientos del sistema de control.

Si bien dicha ley creó el Registro Nacional de Armas el mismo no tuvo mayor desempeño en razón de la falta de reglamentación de la ley -solo se reglamentó lo relativo a explosivos- por un lado, y por el otro a que la competencia estaba asignada al Ejército Argentino, institución que obviamente tenía otras prioridades que atender.

Recién a partir del dictado de la ley 20.429 en 1973 y su reglamentación, se comienza a operar activamente y con provecho en la materia, debiendo destacarse dos aspectos relevantes:

Las bondades del régimen legal de control aprobado por la ley 20.429, abonada tal afirmación por el hecho de que en sus casi 30 años de vigencia ininterrumpida, prácticamente no ha sufrido modificaciones, siendo recomendado por las Naciones Unidas como “de referencia” para aquellas naciones interesadas en legislar sobre la materia;

La valiosa experiencia acumulada por el Registro Nacional de Armas (RENAR) durante el expresado período en la aplicación del régimen.

El régimen de control de armas de fuego vigente en la República Argentina ha logrado un satisfactorio grado de desarrollo en cuanto :

proyecta su fiscalización a todo el territorio nacional
registra la mayor cantidad de armas existentes
involucra todos los actos concernientes a armas de fuego
realiza el manejo centralizado de la información total
recupera y proporciona la información rápidamente

En el ámbito regional puede afirmarse que el régimen de control vigente en la República Argentina se destaca por su capacidad de registro, fiscalización, control y aptitud de rastreo, teniendo en cuenta el universo de usuarios y material registrados, y su proyección a todo el territorio nacional.

Sin embargo y como se expondrá más adelante no todas son luces, ya que restan aún por resolver importantes problemas que conspiran contra los mejores resultados que necesariamente debe aportar un sistema de control aceptable.

POLÍTICA DE CONTROL DE ARMAS

Las armas de fuego son elementos que, con menor o mayor incidencia afectan a la seguridad común, por lo que el Estado debe arbitrar políticas tendientes a minimizar los riesgos que su presencia en la sociedad ocasiona.

El objetivo de tales políticas deberá ser :

1. Limitar el stock de armas en manos particulares a lo estrictamente necesario, admitiéndose como actividades lícitas reconocidas por el Estado, que justifican la posesión y empleo de armas de fuego que para cada caso se determine, el tiro deportivo y la capacitación, la caza en el marco de la normativa vigente, el coleccionismo y la defensa personal individual y de terceros.

2. Se controlarán los actos que involucran armas de fuego, en general, a fin de:
a) Evitar el volcado o deslizamiento de las mismas al mercado ilegal; y
b) Minimizar los riesgos de su empleo inadecuado.

3. Se identificarán y bloquearán todas las fuentes de las que se nutre el mercado ilegal, tales como contrabando, desviaciones, depósitos y guarda inseguros, armas sin registro, etc.

4. Se eliminarán los excedentes de armas de fuego, evitando así la proliferación;

5. Se recogerán las armas ilegales, se las inventariará y registrará convenientemente y se colocarán en depósitos seguros bajo control unificado el tiempo mínimo indispensable, procediéndose a su más rápida destrucción mediante el método más seguro y expeditivo;

6. Se inventariará y controlará rigurosamente la existencia de armas privadas (polígonos, entidades de tiro y caza, armerías, etc.) y del Estado, como así la seguridad y gestión de los depósitos y arsenales que las contienen;

7. Se mantendrán estadísticas confiables y actualizadas de las armas de fuego incautadas en todo el territorio nacional, como así de delitos cometidos con las mismas, armas de fuego extraviadas, hurtadas o robadas, de modo tal que puedan establecerse lugares, períodos, personas intervinientes, tipos de armas, etc.

REGLAS Y PROCEDIMIENTOS

Control : Entendido como la capacidad de dominar una circunstancia determinada (que puede implicar fuerzas naturales, artificiales o conductas), poniéndola al servicio de un interés concreto.

Arma de Fuego : Herramienta idónea para producir daños a las cosas y lesiones y muerte a las personas, concebida -a su vez- como instrumento de control.

Control de armas de fuego : Consiste en arbitrar las medidas necesarias para impedir que el uso inapropiado de las mismas ocasione daños no queridos.

Al arma de fuego se la inspecciona, se la registra, pero no se la controla.

Lo que se controla es su posesión y empleo, debiendo dictarse las normas que regulan los aspectos relacionados con las personas que pueden ser habilitadas para su tenencia y uso, como así para el adecuado control de todos los actos que dichas personas realicen con las mismas, de modo tal que en todo momento resulte posible determinar donde está cada arma, quien es el responsable de su tenencia, y el uso que se da o ha dado a la misma.

Asimismo, el control de las armas de fuego se extiende a las armas ilegales, vale decir las no registradas o aquellas que, aún hallándose registradas, se encuentran en poder de quienes no han sido habilitados para su tenencia.

PORTACION Y EMERGENCIA

Las armas de fuego son materiales controlados cuya tenencia sin la debida autorización legal constituye un acto prohibido por la normativa vigente.

No obstante lo señalado, el Estado esta facultado para autorizar la tenencia de armas de fuego cuando existieren fundadas razones para ello, constituyendo dicho permiso una exención especial respecto de la aludida prohibición general, consistente en la simple remoción de un obstáculo legal e importando una concesión de alcance restringido y extraordinario.

Quien pretenda poseer armas de fuego deberá encuadrarse dentro de alguna de las categorías previstas en la ley para la actividad que se propone desarrollar y clase de materiales que solicita, y acreditar, mediante la presentación de la documentación pertinente y aprobación de los exámenes correspondientes, el cumplimiento satisfactorio de las condiciones exigidas. La insuficiencia de fundamento o falta de acreditación de las condiciones, como así su falseamiento, obsta al otorgamiento de la autorización peticionada.

La precariedad del derecho del permisionario se funda en que el permiso sólo constituye una tolerancia de la Administración, que actúa en estos casos dentro de la esfera de su poder discrecional, sin que sea posible que el acto administrativo logre definitiva estabilidad. Vale decir que el Estado está facultado para apreciar si la habilitación para la tenencia de armas de fuego perseguida concuerda o no con el interés público, por lo que su otorgamiento dependerá de la discrecionalidad administrativa.

En el permiso el particular se beneficia con la ventaja que le produce un bien común, pues se tolera algo que quiebra la igualdad de trato con los demás miembros de la comunidad. El principio de razonabilidad obliga a ponderar con prudencia las consecuencias sociales de la decisión, para evitar la arbitrariedad por "prohibiciones injustificadas" o "por excepciones arbitrarias".

¿LA INSEGURIDAD HABILITA UNA SOCIEDAD CIVIL ARMADA?

La respuesta a esta pregunta no es fácil y conduce a otro interrogante : ¿Qué debe hacer una persona alrededor de la cual la inseguridad se acrecienta al punto de poner en riesgo cierto e inminente sus bienes y su vida, y no recibe adecuada respuesta de las instituciones que deberían protegerlo?

No todos tienen la misma respuesta para esta pregunta.

Muchos, con acierto o no, sienten que un arma les brinda mas seguridad. Por tanto la pregunta inicial no tiene una respuesta que valga para el colectivo, sino que admite alternativas individuales que obviamente abren una polémica que, es de esperar, ayude a que las autoridades responsables de la seguridad ofrezcan la verdadera solución –disminución del nivel de inseguridad-, lo cual actuará como fuerte inducción para que la gente no sienta ya la necesidad de armarse para defenderse.